El nivel de confianza actual es un 10,1% menor que en febrero de 2016, al comienzo del gobierno de Mauricio Macri, pero un 13,3% mayor que en febrero de 2020, al inicio de la gestión de Alberto Fernández. La evaluación general del gobierno, la preocupación por el interés general, la eficiencia en la administración del gasto público y la capacidad para resolver los problemas del país mostraron variaciones negativas, mientras que la medición de la honestidad de los funcionarios tuvo un aumento.
El índice de confianza fue más alto entre los hombres que entre las mujeres, y se observó una pérdida significativa de confianza en el oficialismo entre los segmentos más jóvenes y de menor nivel educativo. En términos geográficos, se registró un avance entre las personas que viven en el interior, mientras que los residentes de la ciudad de Buenos Aires y del Gran Buenos Aires experimentaron una disminución.
Frente a la caída del poder adquisitivo y la actividad económica, el índice de confianza fue considerablemente más alto entre quienes creen que la situación económica mejorará dentro de un año. En resumen, el gobierno de Javier Milei enfrenta un desafío para recuperar la confianza de la ciudadanía en un contexto de incertidumbre económica y social.