Ante este escenario, un empresario pyme expresó abiertamente su descontento, acusando a las grandes compañías de manejar la UIA en beneficio propio. La crisis industrial ha generado tensiones dentro de la organización, con advertencias sobre posibles cierres de plantas y pérdida de empleos. Este panorama se ve agravado por la apertura de importaciones y la restricción de dólares para la adquisición de insumos para las fábricas nacionales.
En medio de esta crisis, Funes de Rioja se reunió con funcionarios de Caputo en busca de soluciones, aunque las respuestas obtenidas parecen no ser suficientes para calmar las preocupaciones del sector industrial. La UIA se encuentra en una encrucijada, debatiéndose entre la defensa de los intereses de las pymes y la presión de las grandes empresas, en un contexto de incertidumbre económica y laboral que amenaza con profundizarse si no se toman medidas concretas y efectivas.