La Cámara de la Construcción ha declarado un “estado de emergencia” ante esta situación, describiendo la caída vertiginosa de la actividad en el sector. Las desvinculaciones y suspensiones de empleados han superado cifras récord, lo que refleja la gravedad de la crisis. Además, se pronostica que la situación se extenderá a otros sectores económicos, con la posibilidad de masivos cierres de empresas y un impacto devastador en la producción nacional debido a la disminución del consumo.
La deuda millonaria que el Estado mantiene con las empresas constructoras ha llevado a muchas de ellas al borde del colapso financiero. A pesar de mantener los salarios del personal básico y cumplir con obligaciones fiscales, estas compañías enfrentan una falta de perspectivas de reactivación. La ausencia de fondos para pagar la obra pública, tanto actual como pasada, ha exacerbado la crisis, con empresarios preocupados por la falta de soluciones por parte del gobierno.
La paralización en la obra pública se ha visto acompañada por un congelamiento en la obra privada, afectando a empresas de todos los tamaños y a los sectores medios de la economía. La disminución del poder adquisitivo de los trabajadores y empresarios ha impactado negativamente en la actividad de construcción, lo que ha llevado a un círculo vicioso de pérdida de empleos y contracción económica.
El sector de la construcción, históricamente un indicador clave de la salud económica del país, ahora anticipa una fuerte recesión. Las pérdidas masivas de empleos y la disminución en la actividad productiva están afectando a otros sectores, como la industria manufacturera y el comercio, contribuyendo a una caída generalizada en la actividad económica.
A menos que se tomen medidas urgentes para reactivar la economía y apoyar a las empresas en dificultades, la situación parece destinada a empeorar. La incertidumbre y la preocupación en el ámbito empresarial han aumentado, con un futuro incierto para muchos sectores de la economía argentina. La crisis en el sector de la construcción es solo el inicio de lo que podría convertirse en una crisis económica más amplia y profunda si no se toman medidas efectivas de manera rápida y decisiva.