El escándalo surgió cuando un tribunal en Madrid inició una investigación preliminar sobre las actividades de Gómez relacionadas con su asociación con empresas privadas que luego recibieron contratos del gobierno. Esta situación se complicó después de revelaciones sobre su interacción con el grupo turístico Globalia, en un momento en que la empresa negociaba un rescate gubernamental significativo.
Sánchez ha defendido a su esposa públicamente, argumentando que las acusaciones son infundadas y representan un ataque político de la derecha y la ultraderecha española para desestabilizar su gobierno. Él articula que las acusaciones son más un ataque contra él por su posición política que un acto de justicia genuino.
Mientras tanto, la oficina de conflictos de interés ha sido alertada por el líder de la oposición, lo que ha añadido más presión al gobierno. Sánchez ha expresado su amor y apoyo incondicional hacia su esposa, mientras se enfrenta a la tormenta política que podría costarle su carrera.
Sánchez anunciará su decisión final sobre si continúa en el cargo o renuncia el próximo lunes. Este desarrollo pone en evidencia la volatilidad de la política española y el impacto de las acusaciones de corrupción en las más altas esferas del gobierno.