Cristina Kirchner refutó el supuesto superávit económico del gobierno de Javier Milei en un discurso en Quilmes, criticando la gestión por priorizar las estadísticas económicas sobre el bienestar social. Sostuvo que las políticas actuales han exacerbado el hambre y la desocupación, a pesar de las afirmaciones de estabilidad fiscal.
Según ella, la perspectiva del gobierno sobre la economía es demasiado simplista y no refleja la realidad de las necesidades del país, especialmente en términos de disponibilidad de divisas, un problema recurrente en Argentina.
La exvicepresidenta también comparó las políticas actuales con las gestiones anteriores, subrayando un enfoque más equilibrado durante su gobierno y el de Néstor Kirchner, que priorizaba tanto la estabilidad económica como las necesidades sociales.
En su discurso, Kirchner criticó la falta de un plan económico claro y coherente bajo Milei, describiendo sus acciones como un retroceso a políticas económicas anteriores que favorecían el extractivismo sin beneficio social.