En una declaración pública, el gobernador expresó su profundo dolor por las vidas perdidas y anticipó que el número de víctimas podría incrementarse en las próximas horas. El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, prometió recursos completos para enfrentar las consecuencias del desastre y apoyar las operaciones de rescate y recuperación.
Además de los muertos y desaparecidos, el desastre ha afectado gravemente a 147 municipios, con 12 heridos y más de 67,000 personas afectadas directamente. Las intensas lluvias han provocado evacuaciones masivas, con casi 10,000 personas desplazadas de sus hogares.
La magnitud de la crisis se evidencia en la respuesta del gobierno, que ha movilizado 12 aeronaves, 45 vehículos y 626 efectivos de las Fuerzas Armadas. Estos recursos se destinan a las labores de rescate, distribución de suministros básicos y establecimiento de albergues temporales.
El escenario se complica con pronósticos de más lluvias y vientos fuertes para los próximos días, lo que podría exacerbarse aún más la situación. El estado ha experimentado cortes en servicios esenciales como la electricidad y el agua, y se han suspendido actividades cotidianas como la educación y eventos deportivos.
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