El ataque se produjo en la casa de la víctima, donde Centurión, armado con un cuchillo, también hirió al actual compañero de Romina. Los niños presentes quedaron profundamente afectados por este violento acto, que ha suscitado una respuesta de indignación en la sociedad.
Las autoridades han reaccionado con consternación y promesas de acciones más firmes contra la violencia de género. La comunidad y grupos de defensa exigen una revisión exhaustiva de las medidas de protección para las víctimas y una aplicación más efectiva de las órdenes de restricción.
Este caso ha reavivado el debate sobre la efectividad de las políticas públicas destinadas a proteger a las víctimas de violencia doméstica. Se plantea la necesidad de sistemas de alerta y respuesta rápida que puedan prevenir estos desenlaces fatales.
El femicidio de Romina Pacheco se suma a las estadísticas de violencia de género en Argentina, destacando la urgente necesidad de abordar esta problemática con soluciones reales y sostenibles. La sociedad clama por justicia y medidas preventivas más robustas.