Si el Senado rechaza totalmente los proyectos, estos no podrán ser presentados de nuevo durante el mismo período parlamentario. Esto podría significar un revés significativo para el gobierno, que tiene en estos proyectos una parte importante de su agenda legislativa.
El Senado podría introducir cambios sustanciales que modifiquen la esencia de los proyectos, obligando a un nuevo análisis en Diputados. Este vaivén legislativo es un claro ejemplo de cómo funciona el equilibrio de poderes en la democracia argentina.
Una modificación o rechazo también podría influir en las negociaciones del gobierno con otros sectores políticos y económicos, ya que estos proyectos son clave para la implementación de políticas económicas propuestas por el gobierno.
Finalmente, el resultado de este proceso legislativo podría tener un impacto significativo en la percepción pública del gobierno y su capacidad para implementar su programa, afectando potencialmente su apoyo político en futuras elecciones.