La protesta en Palma de Mallorca reunió a aproximadamente 10.000 personas, mientras que en Menorca participaron unos cientos. La situación es particularmente grave en Ibiza, donde se realizó otra protesta con mil participantes, pidiendo la limitación de nuevas plazas turísticas y la prohibición de pisos ilegales que aumentan los precios del mercado inmobiliario local.
El turismo en Baleares representa el 45% del PIB de la región, según datos de Exceltur. Sin embargo, el impacto negativo del turismo de masas está afectando la calidad de vida de los residentes locales, quienes demandan un enfoque más sostenible. La situación en Baleares es un reflejo de un problema mayor en las regiones turísticas de España, donde las protestas también se han extendido a las Islas Canarias.
Las autoridades deben encontrar un equilibrio entre el desarrollo económico que trae el turismo y la preservación de las condiciones de vida de los residentes locales. La coordinación entre las políticas gubernamentales y las necesidades de la población es esencial para resolver esta crisis y promover un turismo más sostenible.
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