La estrategia de licuación de pasivos en pesos implementada por Javier Milei, presidente del Banco Central, como parte del plan de emergencia, ha llevado a una reducción de tasas de interés. Aunque busca aliviar la situación del Banco Central, esta medida ha tenido consecuencias notables en el dólar y la brecha cambiaria. La presión dolarizadora se intensifica con menos incentivo para mantenerse en pesos, aumentando la demanda de dólares financieros desde el comienzo del año.
La reducción de tasas de interés como parte del plan de emergencia liderado por Javier Milei ha desencadenado un impacto significativo en el mercado cambiario. La estrategia de licuación de pasivos en pesos, crucial para aliviar al Banco Central, busca controlar diversos tipos de cambio manteniendo el esquema “80%-20%” para los exportadores. Sin embargo, esta medida ha incrementado la presión sobre los dólares financieros, generando una escalada desde el inicio del 2024. A pesar de mantener un control parcial mediante el esquema, la baja de tasas ha desatado temores de un aumento en la brecha cambiaria, especialmente hacia finales de enero, cuando cae la demanda estacional de pesos. El gobierno espera que un acuerdo y desembolso del FMI brinden cierta estabilidad en este escenario desafiante.