Las autoridades informaron que, tras nueve días de incendios en el Parque Nacional Los Alerces, más de tres mil hectáreas de bosques nativos han sido devastadas en Chubut y Río Negro. Alrededor de 254 brigadistas luchan por contener las llamas, que aún están fuera de control. El rol crucial de los bomberos para proteger las poblaciones cercanas es evidente en este desafío.
Durante las últimas horas, los brigadistas han implementado una estrategia combinada de cuadrillas con líneas de agua, equipos de bombeo y herramientas manuales en los puntos críticos de los incendios. Sin embargo, la superficie afectada sigue en aumento, llegando a unas 3.005 hectáreas según el análisis más reciente.
Las condiciones climáticas extremas, con vientos variables y ráfagas de hasta 75 kilómetros por hora, han dificultado aún más la situación, generando columnas convectivas que intensifican el fuego. A pesar de los esfuerzos, los brigadistas se ven obligados a retirarse en ocasiones por la seguridad.
Se han desplegado medios aéreos y terrestres para combatir el fuego activo y evitar su propagación. Mientras tanto, los servicios turísticos siguen operando con precaución, y se recomienda a los conductores extremar las medidas de seguridad en la zona afectada.
