Según la CAME, febrero fue señalado por muchos comercios como un mes para el olvido, con días consecutivos sin ventas. Las familias evidenciaron sus problemas económicos y hubo un desahorro para llegar a fin de mes. Además, las vacaciones de Carnaval absorbieron el dinero excedente. La falta de liquidez llevó a los negocios a hacer más pedidos de lo habitual a sus proveedores, aunque por bajos montos.
En términos de rubros, seis de los siete sectores evaluados tuvieron caídas en comparación con el mismo período del año anterior. Solo el rubro de Textil e Indumentaria incrementó sus ventas en un 3,5%. En contraste, Perfumerías sufrió la mayor caída, con un descenso del 40,9%. Otros sectores como Alimentos y Bebidas, Bazar y Decoración, y Calzado y Marroquinería también experimentaron reducciones significativas en sus ventas.
El contexto económico sigue siendo desafiante para las pymes, con una inflación que mantiene la desaceleración y una fuerte caída del consumo. Los problemas de suministro y las dificultades para conseguir mercadería también contribuyeron a la situación. A pesar de los esfuerzos por parte de los comercios, la incertidumbre económica persiste, lo que plantea desafíos adicionales para la recuperación del sector minorista.