La intervención, liderada por Darío Nieto, se justifica en la necesidad de reorganizar el partido a nivel nacional, según lo ordenado por el expresidente Mauricio Macri. La decisión se basa en argumentos previamente rechazados por la Junta local, la cual había llevado el caso a la Justicia sin éxito.
La medida ha generado controversia dentro del partido, reflejando tensiones políticas y estratégicas. Se espera que la reprogramación de las elecciones permita resolver las diferencias internas y fortalecer la estructura del PRO en la provincia.
El aplazamiento busca acomodar el proceso electoral, garantizando la igualdad política entre los candidatos y cumpliendo con los requisitos normativos. La situación sigue en desarrollo, con implicaciones significativas para la dinámica política local y nacional.
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