La campaña titulada “Censo Alien” en Capilla del Monte ha levantado muchas dudas y preocupaciones en la comunidad local. Bajo la apariencia de una iniciativa peculiar y lúdica que promete revelar “si eres alien o no”, se esconden propósitos mucho más complejos, relacionados con la recolección de datos biométricos mediante el escaneo de iris. Esta actividad, promovida por la empresa World, conocida previamente como Worldcoin, está vinculada a estrategias globales de extracción de información sensible. Desde su inicio, el proyecto ha estado envuelto en debates acerca de su transparencia, su ética y las posibles consecuencias para quienes participan en él, especialmente en comunidades como Capilla del Monte, donde las regulaciones sobre el manejo de datos personales no están lo suficientemente desarrolladas.
En los últimos días, la localidad de Capilla del Monte amaneció con carteles que invitan al “Primer Censo Alien del Mundo”. Los anuncios presentan el evento como algo inofensivo, incluso entretenido. Pero, detrás de la idea de averiguar si eres o no un “alienígena”, se esconde una operación de gran escala destinada a obtener información personal, utilizando el escaneo del iris como medio principal. Según se ha reportado, los participantes son incentivados a través de promesas que van desde criptomonedas hasta recompensas materiales y monetarias. Sin embargo, el objetivo real de este proyecto es obtener acceso a datos biométricos únicos, algo que muchos consideran una invasión a la privacidad.
El evento es organizado por la empresa World, fundada por Sam Altman, quien también es el creador de OpenAI, una de las organizaciones líderes en inteligencia artificial a nivel mundial. World opera bajo la premisa de crear una identidad global basada en datos biométricos como el iris, y justificar su utilidad en el desarrollo de sistemas de identificación universal o incluso en la implementación de un sistema de renta básica universal respaldado por criptomonedas. A pesar de las aparentes buenas intenciones, el proyecto ha sido duramente criticado por su falta de transparencia, sus prácticas de marketing engañosas y el riesgo inherente de entregar datos sensibles a una entidad que no garantiza la protección adecuada.
Un aspecto crucial que merece atención es el despliegue territorial de esta iniciativa. En Capilla del Monte, la campaña ha sido implementada por la agencia intermediaria “Arthur Newton”, contratada para instalar los carteles en puntos clave de la ciudad. Uno de estos lugares es la Ruta 38, justo frente al cementerio local. La ubicación ha sido interpretada por algunos como un gesto simbólico, haciendo referencia al “cementerio de datos personales”. Más allá de las metáforas, la realidad es que las autoridades locales no han tomado ninguna medida significativa para evaluar la seguridad y el impacto de este proyecto en los derechos de los habitantes. Ni el Ejecutivo municipal ni los concejales han solicitado información detallada a la empresa organizadora, lo que deja a la población desprotegida frente a una iniciativa que involucra el manejo de información extremadamente sensible.
El evento está programado para realizarse entre el diez y el doce de diciembre en un local ubicado en Pueyrredón 522, que, hasta la fecha, no cuenta con cartelería que identifique su propósito comercial o la habilitación correspondiente. Esto ha generado especulaciones sobre si las autoridades locales tomarán alguna medida, como la clausura del lugar, para garantizar que la actividad cumpla con las normativas locales. Sin embargo, hasta ahora no hay señales de que se vaya a realizar una supervisión adecuada.
Una de las críticas más importantes que se le han hecho a World tiene que ver con el manejo de los datos personales y la falta de garantías sobre su privacidad. En países desarrollados como España y Alemania, donde la empresa intentó operar, las autoridades exigieron información detallada sobre cómo se almacenan y utilizan los datos biométricos. Al no poder demostrar que cumplían con las leyes de protección de datos, World tuvo que suspender sus actividades en esas naciones. En contraste, en países en desarrollo como Argentina, donde las regulaciones suelen ser más laxas y los mecanismos de supervisión menos estrictos, la empresa ha encontrado terreno fértil para avanzar con su propuesta.
Además, existen serias preocupaciones sobre los riesgos asociados con la entrega de datos biométricos. Al tratarse de información única e inalterable, como el escaneo de iris, el mal manejo de estos datos puede tener consecuencias graves e irreversibles. Por ejemplo, si esta información cayera en manos equivocadas, podría ser utilizada para prácticas discriminatorias, espionaje, vigilancia masiva o incluso actividades delictivas. En el peor de los casos, las personas podrían enfrentarse a situaciones en las que sus propios datos son usados en su contra, sin posibilidad de revertir el daño.
Ana Almada, especialista en tecnologías y miembro de la Cooperativa Viarava, ha señalado que esta campaña es un ejemplo claro de extractivismo digital, una práctica que se enfoca en obtener datos de comunidades vulnerables bajo la promesa de beneficios económicos o sociales. Según Almada, estas iniciativas suelen presentarse como proyectos innovadores y benéficos, pero en realidad son formas de explotación que aprovechan las desigualdades socioeconómicas y la falta de regulación en los países en desarrollo. En este caso, la falta de información clara y precisa sobre el manejo de los datos recolectados es uno de los aspectos más preocupantes.
Otro punto importante a considerar es el modelo de negocio detrás de este proyecto. World no opera directamente en cada lugar donde implementa sus actividades, sino que contrata agencias locales para encargarse del despliegue territorial. En Argentina, estas agencias actúan como intermediarias, buscando espacios y personas dispuestas a participar en el escaneo de iris. A cambio, los participantes reciben recompensas en criptomonedas o beneficios similares, mientras que los promotores locales reciben pagos en monedas más estables, como criptomonedas relacionadas al dólar. Este esquema genera aún más dudas sobre la transparencia y las verdaderas intenciones de la empresa.
En términos de su estrategia global, World ha tenido un éxito limitado en países con regulaciones estrictas, pero ha logrado avanzar en regiones donde las leyes de protección de datos son menos robustas. Esto plantea preguntas importantes sobre la ética de estas prácticas y los estándares que deberían cumplir las empresas tecnológicas cuando operan en diferentes contextos legales y culturales. ¿Es justo que una empresa como World utilice su poder y recursos para implementar proyectos en países donde las personas tienen menos posibilidades de exigir rendición de cuentas? ¿Qué papel deberían jugar las autoridades locales e internacionales en la supervisión de estas actividades?
En Argentina, la llegada de este proyecto ha generado tanto curiosidad como preocupación. Mientras algunos ven la iniciativa como una oportunidad para acceder a nuevas tecnologías y beneficios económicos, otros advierten sobre los riesgos inherentes a entregar datos biométricos a una empresa que no ofrece garantías claras sobre su manejo. Además, la falta de acción por parte de las autoridades locales refuerza la idea de que las comunidades están siendo dejadas a su suerte frente a proyectos que pueden tener un impacto significativo en sus vidas.
Un aspecto que merece especial atención es la falta de consentimiento informado en estas actividades. Según reportes internacionales, World ha sido acusada de utilizar prácticas de marketing engañosas para atraer a los participantes, sin proporcionarles información suficiente sobre las implicaciones de entregar sus datos biométricos. Esto no solo representa una violación ética, sino que también podría contravenir las leyes de protección de datos en varios países. En este sentido, es fundamental que las autoridades locales e internacionales trabajen juntas para establecer estándares claros y garantizar que las empresas tecnológicas cumplan con sus responsabilidades.
En conclusión, la campaña del “Censo Alien” en Capilla del Monte pone de manifiesto los desafíos y riesgos asociados con el avance de las tecnologías de recolección de datos biométricos. Si bien estas tecnologías tienen el potencial de ofrecer beneficios significativos, también plantean serias preocupaciones sobre la privacidad, la ética y la equidad. En un contexto donde las regulaciones son insuficientes y las comunidades están en una posición vulnerable, es crucial que se tomen medidas para proteger a los ciudadanos y garantizar que sus derechos sean respetados. El caso de Capilla del Monte debería servir como una llamada de atención para reflexionar sobre cómo abordar estos desafíos y cómo garantizar que las tecnologías emergentes se utilicen de manera ética y responsable.