Este deterioro económico se traduce en una caída drástica del consumo masivo, con impactos directos en la actividad productiva. Las proyecciones para el año en curso sugieren un empeoramiento de la situación salarial, con un retroceso adicional de dos dígitos en todos los sectores, según analistas consultados.Este panorama refleja una estrategia gubernamental que prioriza la reducción del déficit fiscal y la preparación para una eventual dolarización de la economía.
Las cifras publicadas por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) muestran que el índice de salarios de diciembre aumentó solo un 8,9%, mientras que la inflación alcanzó el 25,5%, lo que resultó en un deterioro del poder adquisitivo del 13,2%. Esta situación afecta tanto a trabajadores formales como informales y del sector público, con caídas del 11,5%, 14,3% y 15,9% respectivamente.
En términos más amplios, el escenario económico se ve marcado por una profunda recesión, con indicadores como la producción industrial y la construcción mostrando fuertes contracciones. Las previsiones para el año en curso indican un empeoramiento de la crisis salarial, con proyecciones de caídas interanuales de dos dígitos en todos los sectores, lo que afectará aún más el poder adquisitivo de los trabajadores.
Este panorama económico ha generado tensiones sociales y sindicales, con discusiones sobre paros y negociaciones salariales. Mientras tanto, el gobierno continúa con su plan de ajuste, que incluye medidas destinadas a reducir el gasto público y preparar el terreno para una eventual dolarización de la economía. Sin embargo, la incertidumbre y la preocupación por el futuro económico del país persisten entre la población y los analistas económicos.